Una carilla es una fina capa hecha de porcelana o material compuesto. Las carillas se fabrican a medida y se cementan en la parte frontal del diente. Se pueden utilizar para tratar afecciones dentales como dientes ligeramente torcidos, dientes descoloridos o dientes astillados. Incluso pueden cubrir espacios que se encuentran entre los dientes.

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La vida útil de una carilla varía de persona a persona, pero la mayoría dura alrededor de 20 años. Están hechas de porcelana fina o de un material compuesto a base de resina. El procedimiento para cada uno de estos materiales es ligeramente distinto:

  • Carillas de porcelana: se colocan y aplican durante dos visitas separadas. Para evitar que la carilla sea demasiado voluminosa, tu dentista primero quitará parte del esmalte de la parte frontal del diente. Después, tomará una impresión de tus dientes y la enviará a un laboratorio dental, donde las carillas se adaptarán a la impresión. Durante la próxima visita, tu dentista te limpiará los dientes y les adherirá las carillas con cemento dental.
  • Carillas de material compuesto a base de resina: se pueden colocar en una sola visita. Por lo general, tu dentista no necesitará quitar mucho o ningún esmalte antes de colocarlos. Primero se limpia y prepara la dentadura. Después, el dentista aplica un material compuesto que coincide con el color de los otros dientes. El material se endurece con luz y se pule para que luzca igual que los demás dientes.

Dependiendo de tu sensibilidad y del tamaño de la carilla, es posible que te administren anestesia local durante el procedimiento.

 

Fuente: Very Well Health