El dolor de encías tiende a ser más una molestia que un dolor agudo y tiene muchas causas posibles. Puede ser tan simple como tener encías sensibles, cepillarse los dientes con demasiada fuerza o tener irritación por un trozo de comida (como un trozo de palomitas de maíz) atascado en los dientes o en el espacio entre la encía y los dientes.
El dolor de encías también puede deberse a un corte si algo las pinchó (como la esquina de un totopo), a irritación por una pasta de dientes que contiene lauril sulfato de sodio o a aftas (úlceras bucales).
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El dolor en las encías también puede deberse a dentaduras postizas o prótesis parciales que no se ajustan bien o que no se limpian con regularidad. Es posible que observes bultos rojos en el área irritada o tengas una sensación de ardor debido a una infección por hongos.
Otra posibilidad: la acumulación de placa en la parte inferior de los dientes generalmente irrita las encías y causa gingivitis, una etapa temprana de la enfermedad de las encías que se caracteriza por encías hinchadas y sangrantes. La gingivitis no tratada puede avanzar por debajo de la línea de las encías (convirtiéndose en enfermedad periodontal). Puede destruir el ligamento que mantiene el diente en su lugar, así como el hueso, lo que provoca dolor de encías, abscesos y pérdida de dientes. Los signos de un absceso causado por la enfermedad de las encías incluyen un grano de pus en la encía o hinchazón facial.
Fuente: Harvard Medical School