Un implante dental es un dispositivo médico diseñado para reemplazar un diente que se ha perdido debido a una lesión, predisposición genética o enfermedad dental. A diferencia de las dentaduras postizas, que se colocan sobre las encías y se pueden quitar, los implantes son permanentes.
Cualquier persona que haya perdido uno o más dientes puede beneficiarse de un implante dental. Las causas comunes de pérdida de dientes incluyen:
- Enfermedad periodontal
- Lesión o accidente
- Tabaquismo
- Mala nutrición
- Envejecimiento
- Enfermedades crónicas como diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y artritis reumatoide
- Predisposición genética
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Es posible que no seas un(a) buen candidato(a) para un implante dental si:
- Actualmente fumas
- Tienes una enfermedad periodontal grave
- Tienes ciertas afecciones médicas subyacentes como trastornos hemorrágicos, diabetes tipo 2 no controlada, deficiencias inmunológicas, algunas afecciones cardiovasculares y ciertas enfermedades óseas
- Estás recibiendo tratamiento, como quimioterapia, que puede interferir con la capacidad del cuerpo para sanar
- Estás tomando un medicamento bifosfonato para tratar la osteoporosis
- No puedes mantener una buena higiene bucal.
Si deseas saber más sobre los implantes dentales, consulta a tu dentista.
Fuente: Harvard Medical School