Los selladores dentales son materiales plásticos líquidos transparentes o blancos que se colocan en las superficies de masticación de los dientes posteriores (de la parte de atrás), así lo indica Michigan Medicine, en Estados Unidos.
El sellador se adhiere a las depresiones y surcos (hoyos y fisuras) de los dientes y los protege de las caries y la formación de cavidades. Aunque es más común que los dentistas utilicen selladores en niños y adolescentes, también pueden utilizarlos en la población adulta.
Conoce más: 5 cambios en la dieta para aliviar el dolor de mandíbula
Para colocar un sellador, tu dentista o higienista dental colocará un rollo de algodón alrededor de tus dientes para absorber la saliva y evitar que la humedad entre en contacto con los dientes. Se puede usar una lámina de goma (dique de goma) para aislar los dientes. El dentista, higienista dental o asistente dental primero aplicará la solución que pegará el sellador al diente. Después de aproximadamente un minuto, enjuagará el exceso de pegamento, secará los dientes y se aplicará el sellador.
Un tipo de sellador se endurece muy rápidamente mediante el uso de una luz brillante. El otro se endurece más gradualmente.
Cabe señalar que los selladores pueden desgastarse con el paso de los años. Por ello, tu dentista debe revisarlos con regularidad y volver a aplicarlos si es necesario.
Fuente: Michigan Medicine