Existen varias formas en las que las personas pueden protegerse del sarampión.
Conoce más: Contraer sarampión, ¿puede inhibir el sistema inmunitario?
A continuación te mencionamos las más importantes:
- Vacunación. Usualmente, los niños reciben la primera dosis alrededor del año de edad y la segunda entre los 4 y los 6 años como parte de la vacuna triple viral (SRP). Si un niño o un adulto no ha sido vacunado, puede recibir estas dosis más adelante.
- Si naciste después de 1957 y recibiste la vacuna contra el sarampión antes de 1968, considera revacunarte o hacerte la prueba de anticuerpos contra el sarampión. La vacuna administrada antes de 1968 fue menos efectiva que las versiones posteriores. Antes de 1957, la mayoría de las personas se volvían inmunes después de adquirir sarampión, aunque esta inmunidad puede disminuir.
- Aislamiento. Para limitar la propagación, todas las personas diagnosticadas con sarampión y cualquier persona que pueda estar infectada deben evitar el contacto cercano con otras personas hasta cuatro días después de que se resuelva la erupción.
- El uso de mascarillas por parte de las personas con sarampión puede ayudar a prevenir el contagio. Los miembros del hogar u otros contactos cercanos también deben usar mascarilla para evitar el contagio. Lavarse las manos con frecuencia ayuda a prevenir la propagación del virus.
- Pruebas. Si no estás seguro(a) de tu historial de vacunación contra el sarampión o de si podrías ser vulnerable a la infección, considera hacerte un análisis de sangre para determinar si eres inmune al virus. Los recuerdos de vacunaciones previas pueden ser poco fiables, sobre todo si han pasado décadas, y la inmunidad puede disminuir.
- Planificación previa al viaje. Si te diriges a un lugar donde el sarampión es común, asegúrate de estar al día con tus vacunas.
Fuente: Harvard Medical School