Las reacciones alérgicas pueden variar desde estornudos leves hasta episodios potencialmente mortales en los que la garganta se cierra y las vías respiratorias se estrechan.

Por ello, las personas deben prepararse para cualquier posible alergia que puedan tener. Asimismo, deberían someterse a una prueba de alergia para saber qué alérgenos les afectan.

Tales pruebas pueden indicar qué tipos de polen, moho, caspa de animales, alimentos e incluso medicamentos provocarán una respuesta alérgica y predecir la gravedad de esa reacción.

Las personas con alergias al polen, al moho y a la caspa de animales normalmente pueden recibir inyecciones contra la alergia para ayudar a aliviar sus reacciones.

Dichas inyecciones entrenan al sistema inmunológico para que se acostumbre a la proteína que ocasiona la reacción.

Conoce más: ¿Cuál es el vínculo entre el asma y las alergias alimentarias?

No obstante, el proceso tarda unos seis meses en mostrar algún beneficio y debe mantenerse durante tres o cuatro años para que tenga un efecto sostenido.

Si tienes una reacción alérgica grave, siempre es una buena idea informarle a tu médico de atención primaria o alergólogo que experimentaste un evento.

Las reacciones leves a alimentos o medicamentos se pueden tratar con histamina de venta libre, pero las reacciones graves pueden requerir una inyección de epinefrina.

La inyección se puede administrar en la parte externa del muslo. Debes llamar al 911 después de una inyección de este tipo para asegurarte de que tú o la persona afectada se recupere.

Los alérgenos transportados por el aire, como el polen, el moho y la caspa de las mascotas, suelen provocar síntomas más leves, como estornudos y picazón en los ojos. Sin embargo, también pueden provocar ataques de asma o exacerbaciones de otras enfermedades pulmonares. Las personas con estas afecciones podrían requerir un inhalador para reducir la inflamación de las vías respiratorias y restablecer la respiración normal.

 

Fuente: Health Day