Las amígdalas, localizadas en la parte posterior de la garganta junto con las adenoides, constituyen masas de tejido que forman parte del sistema linfático. Este sistema desempeña un papel crucial en la eliminación de infecciones y en el mantenimiento del equilibrio de los fluidos corporales, de acuerdo con profesionales de la salud.

La inflamación de las amígdalas da lugar a la amigdalitis, siendo las infecciones virales la causa común de esta afección. Además, las infecciones bacterianas, como la faringitis estreptocócica, también pueden provocar la aparición de la amigdalitis.

Conoce más: Cáncer de faringe y laringe, lo que debes saber

Síntomas

Los síntomas de amigdalitis abarcan:

  • Dolor de garganta, que puede ser intenso.
  • Amígdalas enrojecidas e hinchadas.
  • Dificultad para tragar.
  • Presencia de una capa blanca o amarilla sobre las amígdalas.
  • Glándulas inflamadas en el cuello.
  • Elevación de la temperatura corporal (fiebre).
  • Mal aliento.

Aunque la amigdalitis no es contagiosa, los virus y las bacterias que la causan sí lo son. El lavado de manos frecuente puede ayudar a prevenir el propagar o contraer estas infecciones.

¿Quiénes están más propensos a padecer amigdalitis?

La amigdalitis originada por bacterias suele afectar con mayor frecuencia a niños de cinco a 15 años. Por otro lado, la amigdalitis de origen viral es más común en niños más pequeños. Aunque los adultos pueden desarrollar amigdalitis, no es una ocurrencia muy habitual.

Llama a tu médico en caso de:

  • Dolor de garganta con fiebre.
  • Dolor de garganta que no se alivia después de 24 a 48 horas.
  • Dolor o dificultad al tragar.
  • Debilidad, fatiga o agitación extremas

Si tienes dudas o alguien cercano a ti presenta los síntomas, visita de inmediato a un profesional de la salud.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos