La bronquitis eosinofílica es una causa común de tos crónica (prolongada). La afección se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias, que es común en la bronquitis. Sin embargo, con la bronquitis eosinofílica, no se presenta broncoespasmo (estrechamiento de las vías respiratorias). Pese a ello, existe un aumento de eosinófilos (glóbulos blancos que se asocian con enfermedades alérgicas, pero que también combaten las infecciones parasitarias) en los pulmones.

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La bronquitis eosinofílica todavía no se comprende a plenitud y se cree que está infradiagnosticada. Ha sido relacionada con la exposición a toxinas ocupacionales, incluyendo el polvo. Cabe mencionar que la bronquitis eosinofílica se puede tratar con esteroides, los cuales son muy eficaces para reducir la tos causada por la afección. Generalmente, los médicos descartarán otras afecciones pulmonares como bronquitis, neumonía o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) antes de diagnosticar la bronquitis eosinofílica.

Como dijimos al principio, el síntoma principal de esta bronquitis es una tos crónica y persistente, la cual dura ocho semanas o más en adultos y cuatro semanas o más en niños. A diferencia de las personas con asma, las personas con bronquitis eosinofílica no experimentan ninguna restricción en el flujo de aire; por lo tanto, la dificultad para respirar no es un síntoma de bronquitis eosinofílica.

Fuente: Very Well Health