Si una persona comienza a perder la capacidad de oler sin motivo aparente, debe buscar ayuda médica, sobre todo si el cambio es repentino y severo.

Un médico realizará un examen físico. Revisará los conductos nasales, los senos nasales y las estructuras circundantes.

También preguntará sobre el historial médico de la persona, particularmente el de problemas de las vías respiratorias superiores, y si experimenta algún otro síntoma.

Un especialista en nariz y garganta (otorrinolaringólogo) puede realizar una endoscopia nasal, en la que insertan un tubo largo y delgado con una cámara en la nariz de la persona para inspeccionar las cavidades nasales y sinusales.

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Un médico buscará signos de:

  • Hinchazón
  • Sangrado
  • Pus
  • Crecimientos que podrían indicar pólipos o un tumor
  • Bloqueos
  • Estructuras nasales agrandadas
  • Un tabique nasal desviado

Si estas pruebas no revelan una causa, el médico puede recomendar una resonancia magnética para evaluar las áreas del cerebro que detectan olores.

Una prueba de rascado y olfateo o pruebas con “Sniffin’ Sticks” pueden ayudar al médico a determinar si alguien tiene anosmia (ausencia de olfato) o hiposmia (disminución del olfato). En casos de hiposmia, estas pruebas medirán el alcance de la pérdida del olfato.

 

Fuente: Medical News Today