La hidratación es la única terapia que puede ayudar a todas las personas con psoriasis, independientemente de la gravedad de sus lesiones cutáneas. Un régimen de hidratación diaria es fundamental para las personas con la afección. Si padeces psoriasis, querrás evitar que las manchas existentes empeoren y prevenir brotes a futuro.
Una crema hidratante, ya sea en forma de loción, crema, aceite o ungüento, cumple una doble función en la lucha contra esta condición del sistema inmune que provoca que las células de la piel se reproduzcan mucho más rápido de lo normal.
Por lo general, la psoriasis produce lesiones cutáneas con inflamación y picazón en cualquier parte del cuerpo, aunque es más común en los codos, las rodillas y el cuero cabelludo. Si bien no es curable, muchos medicamentos disponibles pueden ayudar a controlar los síntomas, como cremas tópicas, terapia de luz ultravioleta, medicamentos orales y medicamentos inyectables conocidos como biológicos.
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No obstante, independientemente de la terapia utilizada, la hidratación regular también mejorará todos los demás beneficios. En primer lugar, una piel hidratada de forma constante, además de ayudar a que te sientas mejor, también es capaz de prevenir grietas y otros daños. En un número significativo de personas con psoriasis, incluso un daño cutáneo leve puede provocar un brote en la misma zona, un desencadenante conocido como fenómeno de Koebner. Por lo tanto, es recomendable no frotar las placas de psoriasis con demasiada fuerza.
En segundo lugar, mantener húmedas las placas de psoriasis ya inflamadas ayuda a aflojar las escamas, un efecto que se potencia mediante un proceso llamado oclusión, que consiste en cubrir las zonas afectadas con una crema o loción espesa, después con un film transparente o tela y dejar la cobertura puesta durante la noche. Estéticamente, la psoriasis que se hidrata también posee mejor aspecto y las escamas restantes quedan parcialmente ocultas.
Fuente: Very Well Health
