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Muchos de los alimentos en los que se esconden las bacterias de Salmonella se encuentran crudos o poco cocinados. Los productos de pollo crudo empanizado, como los nuggets y el tender, son una de las formas en las que puede llegar a tu mesa. Pero también se sabe que lo hace a través de diversos alimentos, entre ellos la albahaca orgánica, los melones, la carne molida, las mantequillas de frutos secos, la masa cruda para galletas, los huevos, la leche cruda o no pasteurizada y la harina.

Incluso las mascotas pequeñas, como las tortugas y las ranas, junto con la comida para perros, han contribuido a los brotes de Salmonella durante los últimos años.

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Asimismo, puedes infectarte al manipular alimentos contaminados y propagar la bacteria de tus manos a tu boca. Sumado a ello, puedes contagiar a otras personas a través de tus manos o incluso de tu ropa sin que tú llegues a enfermarte.

Según los expertos, es un microbio que se transporta en las heces y en los excrementos de los animales, el cual también está presente en el medio ambiente. Por lo tanto, puede instalarse en muchos objetos inanimados, suelos y maquinarias diferentes, especialmente en entornos húmedos.

Si deseas saber más sobre este tema, consulta a tu médico.

 

Fuente: Harvard Medical School