Cuando un niño vomita de forma activa o siente náuseas ya sea por problemas digestivos o alguna otra enfermedad, puede resultar difícil animarlo a tomar una solución de rehidratación oral (SRO). Comienza dándole el líquido en cantidades pequeñas y frecuentes. Puede resultar útil administrarlo con una jeringa, un gotero o una cucharadita cada pocos minutos. Si un niño vomita, debes esperar de 10 a 15 minutos antes de volver a intentarlo.

  • Para niños que presentan algún signo de deshidratación (llanto sin lágrimas, extremidades frías, boca seca), deben de consumir 50 a 100 ml por kilogramo de peso de SRO por 4 horas.
  • Todos aquellos niños que han empeorado y que presentan signos de deshidratación graves (somnolencia, letargo), deberán acudir con su proveedor de salud a la brevedad posible.

Si tu hijo(a) tolera los líquidos orales sin más vómitos, puedes continuar aumentando los líquidos gradualmente.

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En la mayoría de los casos, la lactancia materna y la alimentación con fórmula deben continuar en los bebés.

Cuando los vómitos de tu hijo(a) cesen y regrese el apetito, puedes comenzar a ofrecerle alimentos sólidos. Puede resultar útil comenzar con alimentos suaves y nutritivos al principio. Ejemplos de estos incluyen:

  • Tostadas/panes
  • Arroz
  • Plátanos
  • Puré de papas
  • Pasta
  • Yogures
  • Carnes magras

Comer comidas más pequeñas y evitar el exceso de lácteos, alimentos picantes o grasos también puede ayudar al comenzar con los sólidos.

Comunícate con el proveedor de atención médica de tu hijo(a) si no puede seguir comiendo una vez que los síntomas hayan mejorado, ya que esto puede afectar su nutrición y peso con el tiempo.

 

Fuente: Health Day