La diferencia entre tener problemas de audición y padecer sordera radica en el grado de pérdida auditiva que se haya producido.
Existen varios grados distintos de pérdida auditiva, entre los que se encuentran:
- Leve: los sonidos más suaves o sutiles son difíciles de oír.
- Moderada: es difícil escuchar el habla o los sonidos que están a un nivel de volumen normal.
- Severa: es posible escuchar sonidos fuertes o el habla, pero es muy difícil oír algo a un nivel de volumen normal.
- Profunda: solo se pueden oír sonidos muy fuertes o posiblemente ningún sonido en absoluto.
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El término “hipoacusia” se refiere a una persona con pérdida auditiva de leve a severa. En estas personas, todavía existe alguna capacidad auditiva.
Por otra parte, la sordera se refiere a una pérdida auditiva profunda. Las personas con esta discapacidad auditiva poseen muy poca audición o ninguna.
Las personas con sordera y las personas con problemas de audición pueden comunicarse de forma no verbal con otras personas de varias maneras diferentes. Algunos ejemplos incluyen el lenguaje de señas y la lectura de labios.
Fuente: Healthline