Pregúntale a tres personas cómo se siente la fatiga y seguramente recibirás tres respuestas distintas. Esto se debe a que la experiencia que la gente llama «fatiga» puede referirse a diferentes sentimientos: por ejemplo, fatiga física que causa falta de fuerza y resistencia, fatiga mental que lleva a tiempos de reacción lentos o falta de concentración, y fatiga emocional que deja el ánimo abajo.
La experiencia de la fatiga suele clasificarse en uno de dos tipos generales: fatiga muscular y fatiga central (o cerebral). La fatiga muscular y la fatiga central están estrechamente relacionadas. Cuando experimentas fatiga, generalmente sientes los efectos de ambos tipos, pero también puedes experimentar uno sin el otro.
Fatiga muscular
Es la debilidad que aparece cuando has cansado tus músculos, como después de hacer ejercicio o actividad física. Cuando los músculos se fatigan, no se contraen con tanta fuerza o tan rápido como los músculos que están en reposo.
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Fatiga central (cerebral)
Cuando la mayoría de las personas dicen que están fatigadas o que les falta energía, están describiendo una condición llamada fatiga central o fatiga cerebral. Significa que tienen problemas para prestar atención, concentrarse o sentirse motivadas para actuar. También pueden sentirse somnolientas. Hay áreas específicas del cerebro que son responsables de la atención y la concentración, y otras áreas están involucradas de manera importante en la motivación. Y otras más están involucradas en el estado de alerta y la somnolencia.
Los factores emocionales y psicológicos afectan significativamente la sensación de fatiga. Por ejemplo, la fatiga es mayor y aparece antes en personas con trastornos del estado de ánimo como depresión o ansiedad que en aquellas que no padecen estas enfermedades.
Fuente: Harvard Medical School