Todos pasamos por períodos de baja energía. Incluso una semana en la que nos sentimos más cansados de lo habitual no es algo raro.
Sin embargo, la mayoría de las personas pueden darse cuenta cuando su fatiga se siente como algo más serio. Si ese es tu caso, o si tu fatiga empeora o dura más de una semana o dos, es hora de acudir con tu médico. Esto porque tu fatiga podría estar relacionada con una enfermedad o infección subyacente, sobre todo si está acompañada de síntomas, como fiebre baja, falta de aire o pérdida de apetito.
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Otros motivos para consultar a tu médico por fatiga son si frecuentemente te despiertas agotado(a) a pesar de dormir bien, no te sientes motivado(a) para comenzar el día o te cuesta trabajo hacer actividades que normalmente son fáciles. Estos podrían ser síntomas de un trastorno del sueño o de depresión.
Durante tu examen, tu médico intentará descartar problemas como los efectos secundarios de los medicamentos. Asimismo, puedes solicitar análisis de sangre para determinar si la fatiga está relacionada con un problema específico, como anemia, tiroides hipoactiva (hipotiroidismo) o inflamación del hígado (hepatitis). No obstante, no te sorprendas si tu médico no encuentra una causa. En la mayoría de los casos, las personas se recuperan de la fatiga después de descansar un poco y de tener una buena noche de sueño.
Fuente: Harvard Medical School