Al igual que con el dolor agudo, si vas al médico y le dices: «Tengo dolor crónico», probablemente te preguntará: «¿Dónde te duele?».

Si puedes señalar un área (o algunas áreas), eso suele ser de gran ayuda al momento de diagnosticarlo. Es probable que tu proveedor de atención médica examine el área y te realice una radiografía u otro tipo de exploración para ver qué sucede internamente.

Conoce más: Dolor agudo, ¿cuándo se convierte en dolor crónico?

Si te preguntan «dónde» y tú dices «en todas partes», el proceso será distinto. Puedes esperar que te realicen análisis de sangre, mediante los cuales el médico buscará signos de inflamación u otros marcadores de enfermedades. Asimismo, tu proveedor de atención médica podría ordenar estudios de imagen, según tus síntomas e historial médico.

Cuanto más complicado sea tu dolor, más te ayudará llevar un diario del dolor. Esto puede ayudarte a identificar los desencadenantes, responder preguntas sobre cuándo y durante cuánto tiempo te duele, así como la intensidad y calidad (por ejemplo, ardor, punzante) de tu dolor.

Un diario del dolor es una herramienta para que puedas comprender mejor tu dolor. No se lo entregues al proveedor de atención médica y esperes que ella o él lo estudien minuciosamente por ti. Esa tarea te corresponde.

 

Fuente: Very Well Health