Los pulmones contienen múltiples sacos de aire diminutos llamados alvéolos, los cuales ayudan a intercambiar oxígeno y dióxido de carbono cuando una persona inhala y exhala.

El enfisema es un tipo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que provoca daños en las paredes de los alvéolos.

El enfisema bulloso (EB) se presenta cuando las paredes de los alvéolos se rompen, dando como resultado grandes bolsas de aire llamadas «bullas» o ampollas. Tales bolsas miden 1 cm o más y son menos efectivas para mover oxígeno y dióxido de carbono.

La condición puede desarrollarse en un pulmón o en ambos. Las bullas dentro de un pulmón pueden restringir la expansión del pulmón opuesto, lo que provoca dificultades respiratorias en ambos órganos.

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Las dos causas más comunes de EB son el tabaquismo y la deficiencia de alfa-1 antitripsina. Otras condiciones que se correlacionan con el desarrollo de bullas en el pulmón pueden incluir:

  • Síndrome de Marfan
  • Síndrome de Ehlers-Danlos
  • Infección por VIH

Cabe destacar que el EB es una condición seria que puede ocasionar cambios permanentes en el pulmón. En ella, los espacios de aire agrandados son menos eficientes en el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. La inhibición en dicho flujo de aire reduce la cantidad de oxígeno disponible para el resto del cuerpo.

El enfisema bulloso afecta al 12% de los adultos mayores de 30 años alrededor del mundo.

Una persona con EB puede presentar una o más ampollas pequeñas o una bulla gigante de hasta 20 cm. Esta última puede causar varios síntomas, como por ejemplo:

  • Presión en el pecho
  • Dificultad para respirar
  • Dificultad para respirar
  • Dolor en el pecho
  • Sensación de hinchazón
  • Fatiga

 

Fuente: Medical News Today