La esclerodermia es el nombre que se le da a una serie de afecciones que afectan el sistema inmunológico (enfermedades autoinmunes) y que pueden provocar áreas de piel endurecidas y engrosadas y, a veces, problemas en músculos, huesos, órganos internos y vasos sanguíneos.

Los dos tipos principales de esclerodermia incluyen los siguientes:

  • Esclerodermia localizada (morfea): afecta principalmente a la piel, pero algunos tipos también pueden afectar los tejidos debajo de la piel, como los músculos y los huesos.
  • Esclerosis sistémica: puede afectar la circulación sanguínea y los órganos internos, así como a la piel.

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Sumado a lo anterior, existen diferentes tipos de esclerodermia localizada y esclerosis sistémica. Algunos tipos pueden mejorar por sí solos, mientras que otros pueden provocar problemas graves y potencialmente mortales.

Aunque no existe cura para la esclerodermia, los síntomas generalmente se pueden controlar con una variedad de tratamientos diferentes.

Si deseas saber más sobre la esclerodermia, sus tipos y sus tratamientos, consulta a tu médico.

 

Fuente: NHS