En el tratamiento del glaucoma, tu oftalmólogo intentará reducir el riesgo de daño al nervio óptico evitando que la presión ocular (presión intraocular o PIO) se eleve por encima de cierto nivel. Ese nivel de presión se llama presión objetivo. Al reducir el riesgo de daño al nervio óptico, mantener la presión objetivo en los ojos puede ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad.
Se usa una prueba de tonometría para medir la presión en los ojos. La presión objetivo se basa en el grado de daño del nervio óptico, la cantidad de pérdida del campo visual y, en menor grado, la presión inicial en el ojo y cuán ampliamente varía cada vez que se mide. La presión objetivo varía de persona a persona. Por lo general, es entre un 20% y un 30% menor que la PIO más alta que hayas tenido.
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Cuando la medición de la tonometría esté por encima de la presión objetivo, tu médico considerará realizar cambios en tu tratamiento, como comenzar a tomar un medicamento específico, cambiar algún medicamento o hablar contigo sobre las opciones de cirugía.
Si tienes más dudas sobre la presión ocular objetivo y su importancia en las personas con glaucoma, consulta a tu médico.