La Asociación de la Vista y la Audición de Estados Unidos (SAH) dio a conocer su lista anual de juguetes para 2021 que representan una amenaza para la salud auditiva de los niños, siendo en general aquellos que emiten sonidos que superan los 85 decibeles (dB). Este es el nivel del Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional del citado país que requiere de protección auditiva obligatoria.
Los pollos de goma que chillan encabezan esta lista.
«Muchos padres no se dan cuenta del daño permanente que un simple juguete puede causar en la audición de un niño», señaló Sarah Sydlowski, presidenta de la Academia Estadounidense de Audiología, directora asociada de mejoramiento y directora de audiología del Programa de Implantes Auditivos de la Clínica Cleveland.
«Cuando no protegemos la audición de un niño, el resultado puede ser una pérdida auditiva irreversible», advirtió la experta.
El oído interno posee células ciliadas delicadas que no vuelven a crecer. Una vez que se dañan por el ruido, el resultado puede ser una pérdida auditiva permanente, indica la academia.
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«Durante la temporada navideña, buscamos los juguetes que producen los sonidos más populares en el mercado y, con un medidor de nivel sonoro, medimos el nivel de decibeles para crear conciencia sobre cuán peligrosamente ruidosos y potencialmente dañinos pueden ser ciertos juguetes para los niños», explicó Kathy Webb, directora ejecutiva de la SAH.
«Los juguetes se prueban en función de cómo jugaría un niño con ellos, primero con el brazo extendido [25 cm] y luego junto a la oreja, que es la forma en la que un niño suele escuchar un juguete ruidoso», agregó Webb.
El pollo de goma ruidoso, que está destinado a niños de 3 años en adelante, alcanzó 109.7 dB a 0 cm y 92.3 dB a 25 cm, siendo «uno de los juguetes más ruidosos y molestos que hemos probado» y «es tan ruidoso que podría causar daños auditivos en unos pocos minutos», mencionó la SAH.
Con base en lo anterior, los padres deben usar aplicaciones de teléfonos inteligentes para probar los niveles de sonido de los juguetes antes de comprarlos, aconsejó Sydlowski.
“Los juguetes que hacen ruido a 85 dB o más pueden contribuir a la pérdida de audición inducida por ruido. Si llegan a 85 dB o más cuando sostienes el micrófono de tu teléfono cerca de ellos, como si tu hijo sostuviera el juguete cerca de su propio oído, no los compres. No vale la pena correr el riesgo. Recuerda, cuanto más fuerte es el sonido, más rápido el daño; y el daño continúa incrementándose con la exposición», enfatizó.
La pérdida de audición en los niños a menudo pasa desapercibida y puede resultar en problemas de comportamiento, falta de concentración, dificultades de aprendizaje e incluso depresión, finalizó Sydlowski.
Fuente: Health Day News