Cuando un niño tiene marcha convergente, sus pies apuntan hacia adentro, uno hacia el otro, al momento de caminar. La afección generalmente no ocasiona dolor ni ningún otro síntoma.
No se sabe a ciencia cierta por qué algunos niños desarrollan marcha convergente. Podrían influir los antecedentes familiares o la falta de espacio en el útero (puede hacer que ciertos huesos giren).
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Existen tres causas de marcha convergente en los niños sanos:
- Torsión tibial interna. Es la causa más común y se refiere a un giro en la tibia (el hueso de la pierna entre la rodilla y el tobillo). En los bebés, es normal que la tibia se tuerza levemente hacia adentro. Generalmente, dicho giro se endereza durante el primer año del bebé, pero en algunos pequeños, el giro no se endereza lo suficiente como para que los pies apunten hacia adelante o hacia afuera. En tales casos, siguen teniendo los pies hacia adentro cuando comienzan a caminar. Los huesos de las piernas suelen continuar enderezándose hasta que el niño tiene entre 6 y 8 años.
- Exceso de anteversión femoral. Se refiere a una torsión hacia adentro del fémur (hueso del muslo). Todos los bebés nacen con alguna torsión de este tipo, la cual suele aparecer en niños de entre 2 y 4 años de edad. Puede empeorar durante la primera infancia.
- Metatarsus adductus (metatarso aducto). Es una curva en el pie que hace que el dedo gordo del pie apunte hacia adentro. Es común en los recién nacidos y en los bebés. La curvatura en el pie probablemente se produce antes de que nazca el bebé. En concreto, los pies del bebé se ven presionados en esta posición dentro del útero. Cabe mencionar que en 9 de cada 10 niños que sufren este problema, los pies se enderezan conforme el niño crece.
RECUERDA: Para diagnosticar la marcha convergente, tu médico revisará el pie de tu hijo(a) y observará la forma en que camina. Puede solicitar pruebas como radiografías, las cuales ayudarán a determinar si algún hueso está roto.