Diversas investigaciones parecen sugerir que la pérdida de peso puede, de hecho, mejorar los ronquidos. En un estudio que examinó a 20 personas del sexo masculino que padecían obesidad y que roncaban de forma excesiva, una reducción significativa de los ronquidos se asoció con una pérdida de peso promedio de solo 6.6 libras (3 kilogramos). En aquellos que perdieron más peso (un promedio de 16.7 libras o 7.5 kilogramos), se eliminaron los ronquidos. No obstante, algunos pacientes que perdieron todavía más peso continuaron roncando.
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Por lo tanto, la mayoría de las personas que pierden peso probablemente reducirán sus ronquidos, pero esto no necesariamente ayuda a todos por igual. Esto porque puede haber otros factores que contribuyan a los ronquidos, incluyendo problemas de anatomía como un tabique desviado. Sin embargo, la pérdida de peso sí puede fungir como un objetivo razonable debido a los beneficios generales que puede tener para la salud.
Fuente: Very Well Health
