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La pérdida de peso involuntaria es cuando se pierde peso sin hacer dieta ni aumentar la actividad física. Puede presentarse después de una pérdida de apetito o cuando se consume la misma cantidad de calorías que de costumbre. De cualquier forma, suele ser motivo de preocupación.

Puede ser extremadamente angustiante, en particular cuando se pierde una cantidad relativamente significativa de peso y no se sabe por qué. La pérdida de peso involuntaria puede ser señal de una enfermedad o dolencia grave, o puede ser algo tan leve como un virus estomacal.

Además, es más frecuente en personas con afecciones médicas preexistentes. Algunas que experimentan dicho síntoma padecen una variedad de enfermedades.

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Concretamente, la pérdida de peso involuntaria suele ser el resultado de una afección médica crónica subyacente. Sin embargo, las enfermedades de corta duración, como la gripe o el resfriado común, también pueden provocar pérdida de peso debido al malestar abdominal.

Las causas comunes de esta pérdida de peso incluyen depresión, diarrea, úlceras bucales e infecciones virales que pueden afectar el apetito.

Otras causas menos comunes de pérdida de peso involuntaria incluyen cáncer, hipertiroidismo (glándula tiroides hiperactiva), infección abdominal, gastroenteritis, demencia, enfermedad celíaca y VIH o SIDA.

Los períodos prolongados de pérdida de peso pueden provocar desnutrición, la cual ocurre cuando no se consume una cantidad adecuada de nutrientes. Esto puede ser especialmente cierto para quienes padecen un trastorno digestivo como la enfermedad celíaca, que afecta la forma en que el cuerpo absorbe los nutrientes.

Si deseas saber más sobre la pérdida de peso involuntaria consulta a tu médico.

 

Fuente: Healthline