La deshidratación es una afección causada por la pérdida de demasiado líquido del cuerpo. Ocurre cuando pierdes más líquidos de los que ingieres y tu cuerpo no tiene suficientes líquidos para funcionar bien.

Riesgos

Algunas personas enfrentan un mayor riesgo de deshidratación, por ejemplo:

  1. Adultos mayores. Algunas personas pierden la sensación de sed a medida que envejecen, por lo que no beben suficientes líquidos
  2. Bebés y niños pequeños. Tienen más probabilidades de tener diarrea o vómitos.
  3. Personas con enfermedades crónicas, como diabetes, fibrosis quística o problemas renales.
  4. Personas que toman medicamentos que les hacen orinar o sudar más.
  5. Personas que hacen ejercicio o trabajan al aire libre cuando hace calor.

¿Cuáles son los síntomas de la deshidratación?

  • Tener mucha sed.
  • Boca seca.
  • Orinar y sudar menos de lo habitual.
  • Orina de color oscuro.
  • Piel seca.
  • Sensación de cansancio.
  • Mareos.

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¿Cómo se trata la deshidratación?

La deshidratación puede ser leve o lo suficientemente grave como para poner en peligro la vida. El tratamiento para la deshidratación consiste en reemplazar los líquidos y electrolitos que has perdido. 

Para casos leves, basta con beber mucha agua. Si pierdes electrolitos, las bebidas deportivas pueden ayudar. También hay soluciones de rehidratación oral para niños que puedes comprar sin receta.

Los casos graves pueden tratarse con líquidos intravenosos en un hospital.

Si tienes dudas, consulta a un profesional de la salud.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos