Como suele ocurrir con cualquier enfermedad crónica, es muy común que las personas que padecen síndrome de fatiga crónica (SFC) experimenten depresión, estrés y ansiedad. Si bien la citada afección no es considerada una condición psicológica, está comprobado que es debilitante.

Los días buenos o malos pueden ser impredecibles. Es posible que experimentes desafíos continuos en tu educación, carrera y vida personal, mientras trabajas para equilibrar cómo te sientes respecto a tus obligaciones y deseos. Muchas personas con SFC dicen que se sienten desmoralizadas o incluso, en ocasiones, desesperadas.

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Es normal tener períodos bajos o negativos mientras te adaptas a los cambios que impone tu condición, pero en algún momento, estos pueden convertirse en una depresión mayor. Con base en lo anterior, es fundamental que trabajes con tu proveedor de atención médica, a fin de que recibas tratamiento para la depresión y la ansiedad. Aunque esto no curará el síndrome de fatiga crónica, sí que te resultará útil para sobrellevar y hacerle frente a la condición.

 

Fuente: Very Well Health