Los casos de gripe o influenza leves a moderados se resolverán por sí solos en unas pocas semanas. No obstante, en ciertos casos, el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada a la gripe y provoca una inflamación generalizada en todo el cuerpo.

La respuesta inmune se sale de control y las mismas sustancias que deberían combatir la influenza comienzan a dañar los tejidos corporales sanos que no están infectados por el virus. Por ejemplo, una gripe grave puede provocar miocarditis (inflamación del corazón), encefalitis (inflamación del cerebro) e insuficiencia multiorgánica, particularmente de los riñones y los pulmones. La sepsis (una respuesta de todo el cuerpo a una infección que pone en peligro la vida) es otra posible complicación de la gripe.

Los síntomas más comunes de la influenza son tos, fiebre, escalofríos, dolores de cuerpo, dolor de garganta, fatiga, náuseas y vómitos. Para evitar la propagación del virus de la influenza, evita salir de casa a menos que sea absolutamente necesario hasta que no hayas tenido fiebre (sin medicamentos para reducir la fiebre como paracetamol) durante al menos 24 horas.

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Los adultos deben buscar atención médica si comienzan a manifestar cualquiera de los siguientes síntomas:

  • Fiebre o tos que mejoran por un tiempo y luego comienzan a empeorar.
  • Falta de aire o dificultad para respirar.
  • Dolor o presión persistente en el pecho o el abdomen.
  • Cambios en el estado mental como confusión o letargo.
  • Convulsiones.
  • Signos de deshidratación, como no orinar.
  • Dolor muscular intenso, debilidad, inestabilidad o mareos.
  • Condiciones de salud crónicas preexistentes que comienzan a empeorar.

Además de lo anterior, los padres (o tutores) deben buscar atención médica si notan cualquiera de los siguientes síntomas en sus hijos:

  • Respiración rápida.
  • Costillas que se tiran hacia adentro con cada respiración (también llamadas retracciones).
  • Labios o uñas azulados (una señal de poco oxígeno).
  • No mojar los pañales ni orinar durante ocho horas, boca seca, llorar pero no producir lágrimas.
  • Fiebre en un niño de menos de 12 semanas o fiebre superior a 40 grados Celsius en un niño de cualquier edad.

 

Fuente: Very Well Health