La varicela es una infección causada por el virus varicela-zoster. La mayoría de los casos se presentan en niños menores de 15 años, pero los niños mayores y los adultos pueden contraerla. Esta se propaga con mucha facilidad de una persona a otra.
El síntoma clásico de la varicela es un sarpullido incómodo que causa picazón. La erupción se convierte en ampollas llenas de líquido y, eventualmente, en costras. Por lo general, aparece en la cara, el pecho y la espalda y luego se propaga hacia el resto del cuerpo. Otros síntomas incluyen:
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Cansancio
- Pérdida de apetito
La varicela generalmente es leve y tienen una duración que va de los 5 a los 10 días. Las lociones de calamina y los baños de avena pueden ayudar con la picazón. El paracetamol ayuda a tratar la fiebre. No uses aspirina para tratar la varicela, ya que dicha combinación puede ocasionar síndrome de Reye.
Conoce más: 3 consejos para calmar los síntomas de la varicela
En ocasiones, la varicela puede dar lugar a problemas graves. Los adultos, los bebés, los adolescentes, las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunitarios débiles sueñen enfermarse más, y es posible que deban tomar medicamentos antivirales.
Una vez que alguien contrae la varicela, el virus suele permanecer en su cuerpo. Probablemente no vuelva a desarrollar la afección, pero el virus puede causar herpes zóster en adultos. Una vacuna contra la varicela puede ayudar a prevenir la mayoría de los casos de esta enfermedad o hacer que sea menos grave si la adquiere.
El esquema de vacunación contra varicela consta de dos dosis. En México se recomienda aplicar a la primera dosis a los 12 meses de edad y la segunda 3 meses después.