Algunas personas padecen una condición subyacente llamada trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), que hace que se distraigan fácilmente e interfiere con su capacidad de prestar atención. Sin embargo, muchos otros factores pueden alterar la concentración y el enfoque. Tu edad, tu salud, la falta de sueño, el medio ambiente y tus emociones también influyen.

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Sumado a ello, los hábitos de vida pueden desempeñar un papel importante, como por ejemplo:

  1. Hacer varias tareas a la vez. El efecto ping-pong de cambiar el foco de atención de una tarea a otra tiene un mayor impacto en la capacidad cerebral que concentrarse solo en una tarea a la vez.
  2. Distracciones digitales. Las personas están constantemente bombardeadas con mensajes de texto, correos electrónicos y notificaciones de teléfonos inteligentes. El tsunami diario de distracciones digitales puede desafiar las redes neuronales del cerebro que regulan la atención.
  3. Alcohol. Beber en exceso puede ralentizar la actividad cerebral y perjudicar la concentración.
  4. Estrés. El estrés emocional debilita la capacidad de la corteza prefrontal del cerebro para llevar a cabo variedad de funciones, que incluyen la atención y la memoria de trabajo.
  5. Medicamentos. Algunas medicinas de venta libre y con receta tienen efectos secundarios que alteran la atención y la concentración. Los medicamentos que pueden causar estos problemas incluyen:
    • Ayudas para dormir, medicamentos para las alergias y preparaciones para el resfriado y la gripe que contienen difenhidramina
    • Medicamentos ansiolíticos (para tratar la ansiedad)
    • Medicamentos anticolinérgicos, como algunos antidepresivos, antihistamínicos, medicamentos para el Parkinson y medicamentos para el control de la vejiga
    • Medicamentos anticonvulsivos
    • Medicamentos para el corazón y betabloqueadores
    • Corticosteroides
    • Analgésicos narcóticos
    • Sedantes y medicamentos para dormir recetados por un médico

 

Fuente: Harvard Medical School