Los expertos explican que la ansiedad es una respuesta normal al estrés. Es un mecanismo de afrontamiento que el cuerpo utiliza para mantenerse alerta durante circunstancias difíciles.

En los trastornos de ansiedad, el cuerpo reacciona demasiado al estrés y la persona puede sentir aprensión o pavor constantes, o incluso experimentar ataques repentinos de ansiedad sin previo aviso.

La ansiedad activa el sistema nervioso autónomo (SNA), lo que se traduce como una respuesta involuntaria. El SNA funciona de manera inconsciente y regula funciones como la frecuencia cardíaca, la respiración y la digestión. Asimismo, está formado por el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático.

Conoce más: Sistema nervioso autónomo, ¿por qué es importante?

El sistema nervioso simpático es responsable de la respuesta de lucha o huida. Esto controla cómo reacciona el cuerpo ante situaciones que percibe como estresantes o peligrosas.

Cuando el sistema nervioso simpático se encuentra activo, las funciones corporales, como la digestión, se detienen temporalmente y ocurre un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Por su parte, el sistema nervioso parasimpático (también conocido como sistema de descanso y digestión) mantiene funciones corporales, como la digestión, cuando una persona se encuentra en reposo. Sumado a ello, reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial después de una respuesta de lucha o huida.

El sistema parasimpático y el sistema simpático trabajan juntos para mantener la homeostasis, que es cuando el cuerpo está en un estado de equilibrio.

 

Fuente: Medical News Today