La relación entre la alimentación y los niveles de ansiedad es un área de creciente interés en la investigación de la salud mental. La forma en que comemos puede tener un impacto significativo en cómo nos sentimos emocionalmente y cómo manejamos el estrés.

Aquí te presentamos algunas formas en las que la alimentación puede influir en la ansiedad:

1. Nutrientes esenciales para la salud mental

Algunos nutrientes son cruciales para el funcionamiento adecuado del cerebro. Por ejemplo, los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en pescados grasos como el salmón y las nueces, son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para mejorar la salud cerebral. La deficiencia de vitaminas como el complejo B, especialmente B6, B12 y folato, puede estar relacionada con síntomas de depresión.

2. Regulación del azúcar en la sangre

Los niveles de azúcar en la sangre pueden afectar el estado de ánimo y la ansiedad. Comer alimentos ricos en carbohidratos refinados y azúcares puede causar picos y caídas rápidas en los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede llevar a sentimientos de irritabilidad y ansiedad. Mantener una dieta equilibrada con carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables ayuda a estabilizar el azúcar en la sangre.

3. Probióticos y salud intestinal

La conexión entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro, juega un papel importante en la regulación de la ansiedad. Los probióticos, que se encuentran en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir y el chucrut, pueden mejorar la salud intestinal y, a su vez, influir positivamente en el estado de ánimo y los niveles de ansiedad.

4. Hidratación adecuada

La deshidratación puede afectar el estado de ánimo y aumentar los síntomas de ansiedad. Beber suficiente agua a lo largo del día es esencial para mantener un equilibrio adecuado de electrolitos y una función cerebral óptima.

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5. Cafeína y ansiedad

El consumo excesivo de cafeína puede aumentar los niveles de ansiedad en algunas personas. La cafeína es un estimulante que puede provocar síntomas de ansiedad como palpitaciones, nerviosismo e insomnio. Limitar la ingesta de café, té y otras bebidas con cafeína puede ayudar a reducir estos efectos.

6. Alcohol y ansiedad

Aunque algunas personas pueden usar el alcohol como una forma de relajarse, su consumo excesivo puede empeorar los síntomas de ansiedad. El alcohol puede interferir con los neurotransmisores en el cerebro que regulan el estado de ánimo y el bienestar.

7. Comer de manera consciente

Practicar la alimentación consciente, prestando atención a lo que comemos y cómo nos sentimos al comer, puede ayudar a reducir la ansiedad. Comer despacio, disfrutar de las comidas y ser consciente de las señales de hambre y saciedad puede promover una relación más saludable con la comida y reducir el estrés relacionado con la alimentación.

Adoptar una dieta equilibrada y rica en nutrientes no sólo es beneficioso para la salud física, también para la salud mental. Si experimentas ansiedad y crees que tu dieta podría estar influyéndola, considera hablar con un profesional de la salud o un nutricionista para obtener orientación personalizada.

 

Fuente: Mayo Clinic