Mucha gente experimenta uno o dos miedos poco convencionales. Las arañas pueden ponerte los pelos de punta. O puedes sentir una opresión en el pecho mientras el avión en el que viajas rueda por la pista.
En ocasiones, enfrentarse a estos miedos provoca una avalancha de síntomas de ansiedad como:
- Palmas sudorosas
- Aumento del ritmo cardíaco
- Respiración acelerada
Las fobias agravan todavía más estos síntomas.
Aproximadamente la mitad de las personas con fobias específicas las describen como leves. La otra mitad afirma que sus síntomas son de moderados a graves. A veces, el simple hecho de pensar en el origen de una fobia puede provocar una oleada de ansiedad.
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Para algunas personas, la ansiedad provocada por su fobia es tan intensa que dedican mucho tiempo y energía a evitar los desencadenantes. En ocasiones, dicha evitación interfiere con sus relaciones personales o con su vida laboral.
Con base en lo anterior, si estás evitando ciertas actividades o notas que los síntomas físicos del miedo interfieren con tu vida diaria, podrías considerar tomar terapia.
Algunas de las fobias más comunes incluyen el miedo a:
- Volar
- Las alturas
- Las arañas
- Los espacios confinados
- La sangre
- Las serpientes
- El agua
- Estar solo(a)
Fuente: Healthline