La mayoría de las personas con la enfermedad de Parkinson tienen una esperanza de vida normal o casi normal.
Los medicamentos y tratamientos modernos permiten que estas personas puedan controlar sus síntomas y reducen la aparición o la gravedad de complicaciones que, de otra forma, podrían ser fatales.
Varios factores pueden influir en la esperanza de vida de una persona con Parkinson, incluyendo el tipo de la enfermedad, la edad de aparición y el acceso de una persona a la atención médica.
Un estudio del 2018 publicado en la revista Neurology reveló que la supervivencia entre las personas con enfermedad de Parkinson depende en gran medida del tipo y las características del trastorno. Los investigadores encontraron que las personas con Parkinson y aquellas con una función cognitiva normal parecen tener «una esperanza de vida en gran parte normal».
Otra investigación que involucró a más de 12,000 personas descubrió que la enfermedad de Parkinson puede reducir la esperanza de vida si una persona recibe un diagnóstico antes de los 70 años.
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Asimismo, un estudio de 2015 que involucró a 206 participantes encontró que la etnia era un factor importante, y que las personas que no eran blancas, como por ejemplo las personas negras y asiáticas, tenían un mayor riesgo de muerte más temprana a causa de dicho trastorno.
Los autores de este trabajo sugieren que sus resultados reflejan diferencias socioculturales y económicas, que pueden impedir que algunas personas accedan a atención médica especializada.
Consideraciones importantes
Recuerda que la enfermedad de Parkinson no es fatal, ya que la condición en sí misma no ocasiona la muerte. Sin embargo, algunas complicaciones que surgen de ella, como infecciones y caídas, sí pueden ser fatales.
Los tratamientos y los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a las personas a controlar sus síntomas y a reducir el riesgo de complicaciones.
Vale la pena recordar que, debido a los tratamientos y servicios de atención médica modernos, la mayoría de las personas que padecen Parkinson pueden vivir tanto, o casi tanto, como quienes no tienen la enfermedad.
Vía: Medical News Today
