La enfermedad de Parkinson es una condición neurológica que afecta el movimiento. Los síntomas iniciales involucran temblores, disminución del sentido del olfato y dificultades de coordinación.

La causa exacta de la enfermedad de Parkinson todavía no está clara, pero las teorías actuales sugieren que las alteraciones genéticas y las interacciones con el medio ambiente, como la exposición a sustancias nocivas, pueden contribuir significativamente a su aparición.

En un nuevo estudio realizado por investigadores daneses, se explica cómo las mitocondrias (que son fábricas de energía esenciales en las células cerebrales, especialmente en las neuronas), experimentan daños y podrían ser causantes de la enfermedad.

Dicho daño provoca problemas en el ADN mitocondrial, que después propaga rápidamente la enfermedad por todo el cerebro.

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Los investigadores señalan que su estudio confirma que la transmisión de este material genético dañado provoca síntomas similares al Parkinson y su evolución hacia la demencia.

«Demostramos que las células cerebrales cortan partes de su propio material genético (ADN mitocondrial) y lo escupen fuera de las células, que luego es absorbido por otras células vecinas», explicaron los autores.

«De esta forma, dicho material genético dañado enferma a la nueva célula y, por lo tanto, la enfermedad se propaga como la pólvora», añadieron.

“Normalmente, los genes antivirales ayudan a las células cerebrales a evitar que la enfermedad comience y se propague. Pero si las células cerebrales no tienen buenas respuestas antivirales, entonces la enfermedad puede comenzar”, concluyeron los autores.

 

Fuente: Medical News Today