La mayoría de las personas asocian la depresión con sus síntomas característicos, que incluyen no solo tristeza y apatía, sino también el dejar de disfrutar de cosas que antes les producían placer, así como cambios en el apetito y problemas para dormir. Sin embargo, la memoria también suele ser una víctima, ya que las investigaciones sugieren que tener depresión aumenta el riesgo de que una persona tenga problemas de memoria. Según un estudio, los síntomas depresivos pueden incluso acelerar el deterioro de la memoria en las personas mayores.

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Los expertos señalan que los fallos comunes en la memoria en personas con depresión son un subproducto de una mente sobreestimulada, y suelen considerarlos más como déficits de atención que como déficits de memoria. Esto porque, si alguien tiene depresión, siempre tiene algo en la mente que le impide concentrar toda su atención en dónde está y qué está haciendo.

De hecho, simplemente pasar el día puede resultar agotador cuando se está deprimido. Pero la incapacidad de reunir energía y atención es solo uno de los factores que contribuyen a los problemas de memoria alimentados por la depresión. Se cree que la depresión también altera los niveles de sustancias químicas cerebrales que nos ayudan a concentrarnos, como la dopamina y la noradrenalina. Los problemas de memoria también pueden deberse a otros cambios relacionados con la depresión en el cerebro que intervienen en la creación, combinación y recuperación de recuerdos.

 

Fuente: Harvard Medical School