En un mundo lleno de distracciones y responsabilidades, cuidar de la salud mental de los niños puede parecer un reto, pero en sólo cinco minutos es posible crear un impacto positivo. Aquí te compartimos cinco simples acciones que puedes realizar diariamente para fomentar su bienestar emocional.

1. Escucha activa

Dedicar unos minutos a escuchar a tu hijo sin interrupciones le ayudará a sentirse valorado y comprendido. Hazle preguntas abiertas sobre su día, sus emociones o cualquier inquietud que pueda tener. La clave es mostrar interés genuino y escuchar atentamente, sin juzgar ni ofrecer soluciones inmediatas.

2. Practicar la respiración profunda

Cuando un niño está estresado o ansioso, enseñarle a respirar profundamente puede ser una herramienta poderosa para que se calme. Dedica un minuto a practicar juntos la respiración: inhalar por la nariz durante tres segundos, mantener la respiración durante otros tres, y luego exhalar lentamente por la boca.

Esto no sólo les ayuda a relajarse en el momento, también les da una herramienta útil para enfrentar situaciones difíciles en el futuro.

3. Reforzamiento positivo

Tomarse unos minutos para reconocer los esfuerzos y cualidades positivas de un niño puede marcar la diferencia. Decirle frases como «estoy orgulloso de ti», «eres muy fuerte» o «hiciste un gran trabajo» fortalece su autoestima y le brinda la seguridad emocional que necesita. Las afirmaciones positivas ayudan a los niños a desarrollar una imagen positiva de sí mismos y los motivan a seguir adelante con confianza.

4. Contacto físico

El contacto físico es una poderosa herramienta para generar bienestar emocional. Un abrazo o un toque en el hombro puede proporcionar consuelo y seguridad. El contacto físico cariñoso libera oxitocina, una hormona que reduce el estrés y fomenta el apego, ayudando a que el niño se sienta seguro y amado en todo momento.

5. Un momento de juego

El juego es esencial para el desarrollo emocional de los niños. Dedica unos minutos a realizar una actividad divertida con tu hijo, ya sea jugar a un juego corto, hacer una pequeña carrera o simplemente reír juntos. Estos momentos de diversión fortalecen el vínculo emocional y le permiten liberar energía, mejorando su estado de ánimo.

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En sólo cinco minutos puedes ayudar significativamente a mejorar la salud mental de un niño. La escucha activa, la respiración profunda, las afirmaciones positivas, el contacto físico y el juego breve son herramientas sencillas pero poderosas que pueden marcar una gran diferencia en su bienestar emocional.

¡Lo más importante es que estas prácticas se hagan con cariño y constancia!

 

Fuente: CDC