El perfeccionismo es una combinación de estándares personales excesivamente altos y autoevaluaciones demasiado críticas.

Vivir con la voz interiorizada del perfeccionismo es algo complicado. Las personas perfeccionistas generalmente tienen un duro diálogo interno, en donde su «crítico interno» les dice constantemente que no son lo suficientemente buenas, sin importar lo que hagan o cuánto lo intenten.

Tener una voz interior tan constante no solo es agotador, sino que, además, quienes son perfeccionistas generalmente se critican a sí mismos por el simple hecho de ser autocríticos, o sienten que sus esfuerzos constantes son, en sí mismos, una prueba más de su imperfección irreparable.

Por ejemplo, de acuerdo con el profesor Paul Hewitt, profesor de psicología en la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Canadá, uno de sus pacientes era un estudiante universitario que vivía con depresión y se exponía a la presión de obtener la calificación más alta en un curso. Después de trabajar muy duro, el estudiante logró su objetivo y obtuvo dicha calificación.

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No obstante y según el experto, “procedió a decirme que la calificación era solo una demostración de lo fracasado que era”. Si hubiera sido perfecto, razonó el estudiante, no habría tenido que trabajar tan duro para lograrlo.

El perfeccionismo generalmente raya en el abuso de uno mismo. “[Los perfeccionistas] son muy duros consigo mismos”, subraya el profesor Hewitt, “con un odio que a veces es impresionante”.

A esto se añade que su crítico interno los trata con tanta dureza como “un adulto desagradable” que reprende a un niño pequeño.

La ansiedad, la depresión y las ideas suicidas son solo algunos de los problemas de salud mental que los especialistas han relacionado reiteradamente con el perfeccionismo.

Asimismo, el perfeccionismo tóxico parece afectar especialmente a los jóvenes. Según estimaciones recientes, casi el 30 por ciento de los estudiantes universitarios experimentan síntomas de depresión, y ser perfeccionista se ha asociado ampliamente con tales síntomas.

También se dice que el perfeccionismo autocrítico incrementa el riesgo de trastorno bipolar. Algunos estudios sugieren que podría explicar por qué las personas con trastorno bipolar experimentan ansiedad.

Finalmente, cuando se enfrentan a una enfermedad física, las personas perfeccionistas tienen más dificultades para sobrellevarla, sobre todo si se trata de una afección crónica como diabetes, colitis ulcerosa o problemas cardiovasculares.

 

Fuente: Medical News Today