Las pequeñas molestias pueden arruinar el mejor de tus días: pierdes las llaves, te golpeas el dedo del pie o te encuentras con un compañero de trabajo de mal humor. Pero lo contrario también es cierto. Diversas investigaciones demuestran que tomarse un tiempo para apreciar los pequeños momentos placenteros puede hacerte sentir más feliz.
Por lo tanto, concéntrate en los pequeños eventos diarios de la misma manera que lo harías con los grandes, como el día de una boda, el nacimiento de un hijo o unas vacaciones relajantes. Después de todo, son esos pequeños momentos los que conforman la mayor parte de tu vida.
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Disfruta del tiempo que pasas haciendo jardinería (sí, las plantas en macetas cuentan) o sentado(a) en una ventana soleada con una taza de café o té aromático. Pon música energizante. Ríete con la familia o los amigos mientras disfrutas de una buena comida. Métete bajo una manta o cobija suave con un buen libro o podcast para disfrutar. Asimismo, celebra los pequeños hitos y logros, un proyecto bien hecho o un objetivo diario cumplido.
No olvides hacer un esfuerzo consciente para realizar una pausa y disfrutar de los pequeños placeres como estos todos los días.
Fuente: Harvard Medical School