La definición moderna de psicología positiva se refiere a rechazar los placeres fugaces del materialismo y del “ganar”, para centrarse en el acto de cultivar la satisfacción y la contención. Dicho de una manera más comprensible, fomenta el aprovechamiento de las fortalezas internas y la conexión con los demás para generar un mayor sentido de gratitud y la felicidad que conllevan dichos actos.
Entonces, para aprender a aplicar la psicología positiva debemos empezar por la búsqueda de la autorrealización, que puede hacer retroceder los efectos nocivos de la depresión, las relaciones fallidas y el trabajo agotador.
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Por lo anterior, es útil entender primero qué es lo que no nos hace felices. Por ejemplo, un famoso economista demostró que el dinero hace feliz a la gente, pero sólo hasta el punto en que se satisfacen las necesidades básicas. Uno podría pensar que la juventud hace felices a las personas, pero aquellas que alcanzaron los 80 años valoran su bienestar psicológico incluso más que las personas de 20 años. Se supone que tener hijos es una alegría, pero el estrés añadido de cuidar a los demás puede llevar a la insatisfacción marital.
De esta manera, al entender qué nos hace felices y qué no, podemos llegar a los tres pilares de la psicología positiva:
- Conectarse con los demás.
- Disfrutar del placer.
- Desarrollar un sentido de gratitud.
Fuente: Harvard Medical School