La acetilcolina fue el primer neurotransmisor descubierto. Tener desequilibrios en los niveles de acetilcolina influye en algunas enfermedades neurológicas. Por ejemplo, quienes padecen la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson tienden a tener niveles bajos de acetilcolina.

Un exceso de acetilcolina puede provocar lo que se conoce como una crisis colinérgica. Esta puede ocurrir por causas externas, como tomar inhibidores de la acetilcolinesterasa (ECA) en dosis elevadas o por la exposición a algo como gas nervioso, pesticidas o insecticidas.

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Los síntomas incluyen:

  • Visión borrosa
  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea
  • Frecuencia cardíaca lenta
  • Dificultad para respirar
  • Sudor y saliva excesivos
  • Micción más frecuente y urgente
  • Parálisis

RECUERDA: No existe una forma comprobada de mantener los niveles ideales de acetilcolina y prevenir las enfermedades neurológicas. Sin embargo, los investigadores se encuentran desarrollando tratamientos avanzados para ayudar a las personas con estas afecciones de salud a vivir vidas más largas y saludables.

 

Fuente: Medical News Today