Casi la mitad de los casos de insomnio se deben a problemas psicológicos o emocionales, como eventos estresantes recientes, depresión o un trastorno de ansiedad. La depresión y la ansiedad pueden ser bidireccionales con el insomnio, lo que significa que el insomnio empeora el trastorno del estado de ánimo y el trastorno del estado de ánimo contribuye al insomnio. Con el tratamiento adecuado de la causa subyacente, el insomnio generalmente remite, aunque tratar tanto el trastorno del estado de ánimo como el insomnio puede ser más eficaz.

Los dos enfoques principales para tratar el insomnio causado por estos problemas son la terapia conductual y los medicamentos.

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La terapia cognitiva conductual (TCC) para el insomnio se considera el tratamiento de primera línea para esta afección y abarca una serie de terapias conductuales que incluyen:

  • Terapia de relajación: técnicas especiales para calmar la mente y relajar los músculos.
  • Restricción del sueño: un programa que inicialmente restringe el tiempo en la cama para generar el deseo de dormir y luego aumenta gradualmente la cantidad de tiempo que se pasa en la cama.
  • Reacondicionamiento: programa que enseña a la persona a asociar la cama únicamente con el sueño, acostándose solo cuando tiene sueño y evitando las siestas diurnas.

La terapia cognitiva conductual para el insomnio se puede realizar con un psicólogo o un médico del sueño. También se puede realizar en línea utilizando programas basados ​​en la web que han sido desarrollados por especialistas del sueño.

 

Fuente: Harvard Medical School