La menopausia es la época de la vida de una mujer en la cual deja de tener menstruaciones. Suele ocurrir naturalmente, con mayor frecuencia después de los 45 años. La menopausia trae consigo diversos cambios a causa de la falta de estrógeno. Algunos de ellos son:
- Sofocos.
- Sudoraciones nocturnas.
- Cambios de humor.
Desafortunadamente, más allá de los malestares físicos, también existe un aumento en el riesgo de osteoporosis.
De acuerdo con Mayo Clinic, la reabsorción de los huesos es más acelerada que la construcción de hueso nuevo, especialmente tras esta etapa; es decir, existe una pérdida considerable de masa ósea.
Por esta razón, es importante recurrir a una prueba de densidad mineral ósea si:
- Tuviste alguna fractura después de esta etapa.
- Tienes menos de 65 años, pero existen factores de riesgo.
- Tienes 65 años o más, independientemente de cualquier factor de riesgo que puedas tener.
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Prevención
- Evita fumar, este hábito aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer y otros problemas de salud. También puede aumentar los sofocos y hacer que se adelante la menopausia.
- Haz ejercicio o actividad física de manera regular, con el fin de protegerte contra la osteoporosis, las enfermedades cardíacas, la diabetes y otros padecimientos asociados con la edad.
Existen tratamientos médicos que aumentan los niveles de estrógeno. Si bien tomarlos inmediatamente después de la menopausia ayuda a mantener una buena densidad ósea, la terapia con estrógeno podría aumentar el riesgo de:
- Coágulos sanguíneos.
- Cáncer de endometrio.
- Cáncer de mama.
- Enfermedad cardíaca.
Antes de tomar cualquier tratamiento, consulta a un especialista. Considera que todos los casos son distintos y, en ocasiones, no es necesario un tratamiento farmacológico.
Fuente: Mayo Clinic/ Cleveland Clinic