Varios factores pueden contribuir a que se presenten cambios en el olor corporal durante la menopausia y en la forma en la que percibes tu aroma único. Tales cambios no suelen ser motivo de preocupación, y existen formas de prevenir los olores no deseados.
Durante la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen. Recordemos que el estrógeno desempeña un papel en la elasticidad de los vasos sanguíneos, por lo que cuando los niveles de estrógeno descienden, los vasos sanguíneos no son tan expansivos.
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Esta constricción significa que las mujeres que se encuentran en la menopausia no son lo suficientemente capaces de liberar el exceso de calor corporal, lo que aumenta la incidencia de sofocos y sudores nocturnos.
De acuerdo con los expertos, el aumento de la sudoración combinado con una mayor diversidad bacteriana en el sudor en sí puede dar lugar al olor corporal.
Un aumento de la testosterona es lo que provoca dicho aumento de bacterias. La testosterona también se encuentra relacionada con la producción de una sustancia química llamada androstenol, que se asocia con un olor almizclado.
Fuente: Healthline