Si has tenido depresión en el pasado, es más probable que experimentes síntomas depresivos si padeces infertilidad, así lo reveló una investigación del 2020 publicada en la revista Frontiers in Psychiatry. Incluso si nunca antes has experimentado depresión, la infertilidad puede aumentar tu riesgo por varias razones.
El estrés de las preocupaciones sobre la fertilidad puede llevar a la depresión. La presión de quedar embarazada puede afectar tu salud mental, ya sea que esa presión provenga de familiares y amigos, de la sociedad en general en la que vives o de tus propios deseos y expectativas.
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Otra investigación publicada en 2017 en la revista Family Relations muestra que, para muchas personas, la infertilidad afecta la identidad, ya que puede hacer que algunas personas cuestionen su valor o sientan que su cuerpo les está fallando. En concreto, puede hacerte sentir como si hubieras fallado, y debido al estigma asociado con la infertilidad, puede ser una experiencia profundamente aislante.
Además de eso, los tratamientos en sí mismos pueden causar estrés. Los enfoques de reproducción asistida pueden ser físicamente incómodos, costosos, lentos y agotadores. Ese estrés adicional puede desencadenar depresión.
De hecho, varios estudios muestran que un gran porcentaje de personas con infertilidad, entre el 25 y el 60 por ciento, tienen síntomas de depresión.
Fuente: Healthline