La cirugía de cataratas es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes y exitosos que se realizan en la actualidad. Durante la última década, el riesgo de complicaciones graves ha disminuido gracias a los avances en los instrumentos y técnicas quirúrgicas. Durante el procedimiento, se extrae la catarata (lente turbio) y se coloca una lente intraocular transparente en el ojo. Las complicaciones raras incluyen la dislocación de la lente intraocular (LIO), donde la lente se sale de su lugar.

El síntoma más común de una LIO dislocada es un cambio en la visión. El grado de afectación de la vista dependerá de la gravedad de la dislocación.

Esto puede manifestarse como:

  • Visión borrosa
  • Visión doble
  • Ver el borde del implante de lente

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La dislocación de la LIO también puede provocar otras complicaciones como desprendimiento de retina, sangrado, inflamación intraocular, edema macular, glaucoma y edema corneal.

Durante la mayoría de los procedimientos de cirugía de cataratas, la LIO se coloca dentro de la bolsa capsular, una estructura similar a un saco en el ojo que anteriormente contenía el cristalino turbio. En algunas situaciones, esta bolsa capsular extremadamente delgada o las fibras que la mantienen en su lugar se rompen y el soporte de la LIO se ve comprometido.

La dislocación de la LIO puede suceder días o años después de la cirugía, y generalmente es el resultado de factores presentes durante la cirugía original, como traumatismo ocular o enfermedades que afectan la estabilidad de la bolsa capsular.

 

Fuente: The Foundation – American Society of Retina Specialists