La escleritis es una inflamación grave de la esclerótica, que es la membrana más externa del ojo. Aunque la escleritis es rara, las personas pueden desarrollarla debido a una infección o enfermedad autoinmune, o como efecto secundario de la medicación. En algunos casos, los médicos no pueden identificar la causa.

La epiescleritis es una condición similar y más común. Es una inflamación de la epiesclerótica, que es la capa delgada ubicada entre la esclerótica y el tejido en la superficie del globo ocular.

Una persona con escleritis puede experimentar un dolor ocular de leve a severo que empeora por la noche o con el movimiento de los ojos. Otros síntomas incluyen:

  • Sensibilidad a la luz
  • Ojos llorosos
  • Visión borrosa
  • Sensibilidad
  • Enrojecimiento en el área blanca de los ojos
  • Visión reducida

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Los síntomas de la epiescleritis pueden ser más leves. Una persona todavía puede experimentar enrojecimiento pero dolor e incomodidad menos severos. Su visión generalmente permanece sin cambios.

Los médicos pueden realizar múltiples pruebas para diagnosticar estas afecciones (especialmente si se presentan recurrencias) y para buscar causas subyacentes. Tales pruebas incluyen:

  • Estudios de imagen, como radiografías, resonancias magnéticas y tomografías computarizadas
  • Pruebas de anticuerpos
  • Hemograma completo
  • Pruebas para la enfermedad de Lyme o la artritis reumatoide

El tratamiento adecuado dependerá de la causa subyacente, así como del tipo y la gravedad de los síntomas.

 

Fuente: Medical News Today