Un trasplante de córnea es una operación para extirpar total o parcialmente una córnea dañada y reemplazarla con tejido sano de un donante.
El trasplante de córnea suele conocerse como queratoplastia o injerto de córnea.
Se puede utilizar para mejorar la vista, aliviar el dolor y tratar infecciones o daños graves.
Una de las razones más comunes para un trasplante de córnea es una afección llamada queratocono, que hace que la córnea cambie de forma.
El tipo de trasplante de córnea que se realice dependerá de qué parte de la córnea se encuentra dañada o de qué parte de la córnea es necesario reemplazar.
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Las opciones incluyen las siguientes:
- Queratoplastia penetrante (PK): un trasplante de espesor total.
- Queratoplastia lamelar anterior profunda (DALK): reemplazo o remodelación de las capas externa y media (frontal) de la córnea.
- Queratoplastia endotelial (EK): reemplazo de las capas más profundas (posteriores) de la córnea.
El trasplante de córnea se puede realizar con anestesia general (la persona queda inconsciente) o anestesia local (donde se adormece el área y la persona permanece despierta).
La cirugía usualmente dura menos de una hora y, según tus circunstancias, puedes salir del hospital el mismo día o quedarte durante toda una noche.
Fuente: NHS