El primer registro de COVID-19 en 2019, se reportó en la ciudad china de Wuhan, por el Dr. Li Wenliang, oftalmólogo, quien contrajo el virus de un paciente asintomático con glaucoma. Al poco tiempo, derivó en una emergencia internacional, como la pandemia más mortífera de nuestra época. Inicialmente presentaba cuadros respiratorios como el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS). No se habían notificado casos de conjuntivitis u otro signo o síntoma ocular, hasta reportes recientes que asocian a la sub-variante ARCTURUS (nombre de la mayor estrella en el firmamento), con síntomas de conjuntivitis. Esto sugiere que la transmisión del virus puede ocurrir también, durante un examen de la vista.
Las medidas preventivas que deben adoptar los oftalmólogos para evitar la propagación de nuevas mutaciones de COVID 19 incluyen:
- Valoración integral del paciente identificando síntomas respiratorios y antecedentes de viaje o contacto con viajeros por el riesgo de transmisión de variantes vigentes en otros países.
- Uso de mascarillas en pacientes, asistentes y personal de salud, en todo momento.
- Lavado e higiene de manos antes y después de la atención de pacientes.
- Colocación de gel/alcohol en manos de pacientes.
- Desinfección de instrumentos y superficies en contacto con pacientes antes y después de su atención (hipoclorito de sodio al 0.1% o etanol al 70% durante 1 minuto).
- Evitar el tonómetro de soplo de aire, ya que representa un peligro de propagación del aerosol. Es preferible utilizar dispositivos desechables. Los tonómetros deben esterilizarse con una solución de hipoclorito de sodio diluido al 10%.
- Limitar la solicitud de pruebas diagnósticas, a las necesarias.
- Utilizar protectores de lámpara de hendidura adecuados con desinfección regular después de cada paciente.
- Utilizar equipo de protección personal al examinar a un paciente con síntomas respiratorios.
Los hallazgos clínicos al examen físico incluyen:
fiebre, tos, dificultad para respirar, mialgias, dolor de garganta, dolor de cabeza, rinorrea, pérdida reciente del gusto o del olfato y dolor torácico. Ocasionalmente presentan síntomas gastrointestinales (diarrea, náuseas y vómitos).
La conjuntivitis y la queratitis son los signos oculares más comunes, por la anomalía micro-vascular retiniana que afecta a las células ganglionares y las capas plexiformes internas de la retina.
Comienza con enrojecimiento unilateral del ojo y reacción folicular (palpebral inferior). Puede auo-limitarse o progresar hasta una queratitis epitelial gruesa, una conjuntivitis pseudo-membranosa, conjuntivitis pseudo-membranosa hemorrágica bilateral, o queratitis pseudo-dendrítica.
También se puede asociar una linfadenopatía dolorosa. Estudios en animales también han mostrado uveítis anterior, retinitis, vasculitis y neuritis óptica.