Los días festivos o ciertas celebraciones a veces son sinónimo de beber copas de más. Pero los expertos advierten que la simple diversión puede volverse mortal rápidamente cuando se trata del alcohol.
Por ello, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y el Alcoholismo de Estados Unidos (NIAAA) ofrece los siguientes recordatorios sobre los peligros que implica una sobredosis de esta sustancia, por lo que hace un llamado a la población general para que beban de manera responsable o no beban en absoluto.
El consumo excesivo de alcohol o de alta intensidad (beber demasiado y demasiado rápido) puede provocar un deterioro significativo en la coordinación motora, la toma de decisiones, el control de los impulsos y otras funciones, señala el NIAAA. Continuar bebiendo pese a mostrar signos claros de dicho deterioro significativo puede provocar una sobredosis.
Los signos de una sobredosis de alcohol incluyen:
- Confusión mental
- Dificultad para permanecer consciente
- Vómitos
- Convulsiones
- Frecuencia cardíaca lenta y respiración lenta o irregular (menos de ocho respiraciones por minuto o 10 segundos o más entre respiraciones).
Otros signos son piel húmeda, temperatura corporal extremadamente baja (que puede traducirse en piel pálida o azulada) y respuestas apagadas, como ausencia de reflejo nauseoso. El reflejo nauseoso puede prevenir la asfixia.
Una sobredosis de alcohol ocurre cuando hay tanto alcohol en el torrente sanguíneo que las áreas del cerebro comienzan a cerrarse. Estas controlan las funciones básicas de soporte vital, como la respiración, la frecuencia cardíaca y la temperatura. De ahí que pueda provocar daño cerebral permanente o la muerte, advierte el NIAAA.
El consumo excesivo de alcohol se define como tomar cuatro tragos durante un período de dos horas si eres mujer, o cinco tragos si eres hombre. Beber de forma intensa es dos o más veces esa cantidad.
Los adolescentes y los adultos jóvenes corren un riesgo particular porque las investigaciones muestran que, generalmente, se involucran en este tipo de comportamiento al beber.
Incluso pequeños aumentos en el contenido de alcohol en sangre (CAS) pueden disminuir la coordinación motora y nublar el juicio, aumentando el riesgo de lesiones por una caída, un accidente automovilístico o violencia o por tener relaciones sexuales no consensuales.
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El CAS puede continuar aumentando incluso cuando una persona deja de beber o está inconsciente, ya que el alcohol en el estómago y el intestino continúa ingresando al torrente sanguíneo.
Con base en lo anterior, nunca dejes que una persona inconsciente «duerma», aconseja el NIAAA.
Asimismo, si sospechas que alguien sufrió una sobredosis de alcohol, llama al 911 o a tu número de emergencias local de inmediato. No esperes a que la persona presente todos los síntomas. Ten en cuenta que en esta situación, si la persona se desmaya, puede morir.
No la dejes sola si está intoxicada, ya que corre el riesgo de lesionarse por caerse o asfixiarse, incluso con su propio vómito.
Considera que las duchas frías, el café caliente o caminar no revierten los efectos de la sobredosis de alcohol y, de hecho, podrían empeorar las cosas.
Mientras esperas a que llegue la ayuda médica, tomas las precauciones pertinentes para decirles a los socorristas todo lo que puedas sobre lo que estaba bebiendo la persona, si tomó drogas y cualquier información médica que le conozcas, incluyendo sus alergias, los medicamentos que toma y su estado de salud actual.
Procura mantener a la persona en el suelo en una posición sentada o parcialmente erguida en lugar de en una silla. Ayúdala a vomitar haciendo que se incline hacia adelante para evitar que se atragante. Si una persona está inconsciente o acostada, gírala de lado con la oreja hacia el suelo, también para evitar que se ahogue, recomienda el NIAAA.
El riesgo varía y puede verse influenciado por la edad, la sensibilidad/tolerancia, el género, la velocidad al beber, los medicamentos que esté tomando la persona o la cantidad de comida que haya ingerido. Los opioides, ciertos medicamentos para dormir, los ansiolíticos, e incluso los antihistamínicos de venta libre, pueden aumentar el riesgo de sobredosis.
Si tienes más dudas respecto al tema, consulta a tu médico.
Vía: Health Day News