En los últimos años el cáncer de próstata ha ido ganado terreno de forma lenta pero progresiva en la población masculina a escala mundial.
Esta enfermedad, que afecta principalmente a hombres mayores de 50 años, tiene como principales síntomas las interrupciones constantes al orinar, necesidad de orinar sin poder hacerlo, sangre en la orina o en el semen, eyaculación dolorosa, dolor al orinar, molestias o rigidez en la parte baja de la espalda, caderas y muslos, así como el crecimiento de la próstata.
Pero también pueden presentarse fracturas de huesos, ya que las células cancerígenas desarrolladas en la próstata suelen propagarse a los huesos lo que los debilita y quiebra en situaciones comunes.
Los especialistas recomiendan realizar anualmente un examen de próstata después de los 50 años de edad, o antes (a los 40 años) si existen antecedentes familiares de este tipo de cáncer.
Esta afección, que a nivel mundial se posiciona entre las principales causas de muerte en adultos mayores, tiene muchas posibilidades de curarse cuando se detecta a tiempo, al igual que el cáncer de mama.
El cáncer prostático genera tumores en esta glándula masculina ubicada delante del recto y debajo de la vejiga. El tamaño de la próstata varía con la edad, ya que en los hombres jóvenes su tamaño es aproximado al de una nuez y en hombres adultos es mucho más grande. Su función consiste en producir cierta cantidad de un líquido que protege y nutre a los espermatozoides presentes en el semen.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud aseguran que aproximadamente uno de cada siete hombres en todo el mundo será diagnosticado con cáncer de próstata en el transcurso de su vida.
Algunos factores de riesgo del cáncer de próstata son el tabaquismo, alcoholismo, herencia familiar, consumir muchas carnes rojas o productos lácteos altos en grasa, alimentos con grandes concentraciones de calcio y pocos vegetales o frutas, la obesidad, algunos químicos, la prostatitis o inflamación de la próstata, e infecciones de transmisión sexual.
Practicar ejercicio diariamente, llevar una dieta saludable con vegetales y pescado, y realizarse cheques médicos rutinarios para detectar cualquier padecimiento prostático, son un excelente aliado para prevenir este tipo de cáncer.
Vía: Healthy Library y OMS