Se conoce como úlcera péptica a una llaga abierta o un área en carne viva en el revestimiento del estómago (úlcera gástrica) o en la primera parte del intestino delgado (úlcera duodenal), que ocurre cuando el revestimiento de estas zonas se rompe.
Aunque existen diversos factores que provocan estos padecimientos como el exceso de alcohol, cigarro o ciertos medicamentos, la causa más común es una infección por la bacteria Helicobacter pylori.
En general, las úlceras ocurren en la primera capa del revestimiento interior; un orificio que atraviesa por completo el estómago o el duodeno, se llama perforación y constituye una urgencia médica.
Para que una úlcera sane y se reduzcan las probabilidades de que reaparezca, el tratamiento puede incluir medicamentos para eliminar a H. pylori (si está presente) y reducir los niveles de ácido en el estómago. Asimismo, son recomendables ciertos cambios en el estilo de vida.
Cuando la úlcera péptica sangra mucho, es posible que se deba inyectar un medicamento en ella o, bien, colocarle ganchos metálicos; si el sangrado no se puede detener o si se ha causado una ruptura, se requiere una cirugía.
Si una úlcera es pequeña, es posible que no cause ningún síntoma; no obstante, algunas pueden provocar un sangrado serio.
La sensación de estar lleno, problemas para beber la cantidad habitual de líquido; hambre y la sensación de vacío de una a tres horas después de comer; náuseas leves; pérdida de peso; heces negras y dolor en la parte alta del estómago (signo que varía entre personas), son algunos de los síntomas comunes.
Para diagnosticar este tipo de problemas, el médico puede realizar una endoscopia, exámenes para el H. pylori, así como pruebas de hemoglobina o de sangre oculta en las heces o, en ocasiones, un examen conocido como tránsito esofagogastroduodenal donde se toma una serie de radiografías después de haber bebido una sustancia especial de bario.
Cuando las úlceras pépticas no se tratan, tienden a reaparecer; en cambio, si se siguen las recomendaciones del médico, hay una buena oportunidad de que la infección por H. pylori se cure y haya una menor probabilidad de tener otra úlcera.
Aunque muchas personas creen que el estrés causa úlceras, no está claro si esto es factible cuando el estrés es normal.
Vía: MedlinePlus